“La noche de la momia”, de Curtis Garland

La noche de la momia; por Curtis Garland [Juan Gallardo Muñoz]; ilustración de la cubierta, Alberto Pujolar. Barcelona: Bruguera, septiembre de 1973. Colección: Selección Terror; nº 29

Género | materias: terror | momias – humanos resucitados

La novela comienza con una escena situada en el tiempo de los antiguos faraones y sus majestuosas pirámides. La bellísima sacerdotisa Hatharit y su comitiva de sacerdotes están acompañando al fallecido faraón Ekhotep a ser instalado en su última morada, la cámara funeraria de su fabulosa pirámide. De repente se escucha un fuerte crujido y sus ojos van hacia la pesada piedra de la entrada que comienza a sellar la cámara, algo totalmente inesperado; nadie le había dicho que iban a encerrarla allí junto a los restos de Ekhotep. Un sentimiento de horror se apodera de Hatharit, que acaba de darse cuenta de que ha sido enterrada en vida en aquella trampa piramidal de donde no hay escapatoria posible.

Gradualmente, los sentimientos de la sacerdotisa se van transformando en indignación, rabia y odio. ¿Cómo han osado encerrarla a ella? A la gran Hatharit, hija del dios de las tinieblas, ella, que siempre ha manipulado al faraón a su antojo por medio de sus favores sexuales. En un arranque de furia decide vengarse de Ekhotep. Recurre a todos sus conocimientos de artes oscuras y ancestrales para devolver a Ekhotep a la vida y que jamás pueda obtener el descanso. Una serie de cánticos rituales y un pacto de sangre sellan su destino en una terrible y diabólica maldición: cuando la entrada de la cámara vuelva a abrirse dentro de miles de años, Hatharit y Ekhotep volverán a la vida para reinar en el mundo entero una vez más.

Después de esta primera escena el autor nos traslada a Egipto, en 1890, con un grupo de arqueólogos que están a punto de entrar en la tumba de Ekhotep, pese a las supersticiones acerca de una maldición mortal para los inconscientes que penetren en ella.

La noche de la momia es en mi opinión una de esas entregas flojitas del gran Garland, donde la ambientación y los personajes son políticamente correctos y poco más, no he encontrado ninguna sorpresa ni nada realmente destacable que me permita otorgarle una mayor nota, para colmo el final no me ha gustado, me ha parecido una salida fácil y fea. 2,5 sobre 5.

José M. León

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