“Chicago siglo XXX”, de Frank Caudett

Chicago siglo XXX; por Frank Caudett [Francisco Caudet Yarza]; ilustración de la cubierta, Enrique Martín. Barcelona: Bruguera, abril 1984. Colección: Héroes del Espacio; nº 206.

Género | materias: ciencia ficción – fantasía | distopía – megalómanos.

Un bolsilibro bastante peculiar. Arranca con una presentación especial del autor, donde refiere que diversos lectores se han puesto en contacto con él para echarle en cara lo irreal y absurdo de sus aportaciones de ciencia ficción. Repaso el índice de la colección y compruebo que las contribuciones de Frank Caudett que conozco de la misma no son ni más estrambóticas ni menos científicas que las de cualquier otro autor que trabajó para ella. Aparte de que, personalmente, Caudett —o, lo que es lo mismo, Caudet— me parece un escritor bastante competente. Después, comenta que es alguien que acepta muy bien las críticas, para a continuación dar muestras precisamente de lo contrario, manifestándose a la defensiva sobre esas acusaciones y las de un crítico al que directamente descalifica. Luego, para justificar lo plausible de sus planteamientos de ciencia ficción hace un ligero resumen de la historia de la aviación y la astronáutica, demostrando los sorprendentes avances que se han producido en tan poco tiempo.

A continuación arranca la novela con un prólogo muy interesante, donde extrapola la situación sociopolítica del momento en que redactó su obra y plantea una Tercera Guerra Mundial, seguida, tiempo después, de la Primera Guerra Nuclear, la desaparición de la sociedad tal cual hoy día la conocemos, así como de los países, creándose estados independientes, como el de Chicago, que abarca mucho más allá de lo que fue la antigua ciudad de igual nombre. Ahora, es una colonia regida por un dictador llamado Jeroen Hauer, nombre bastante divertido, pues es la fusión de los de dos actores neerlandeses, Jeroen Krabbé y Rutger Hauer, habituales en la filmografía de Paul Verhoeven.

Y al fin comienza el capítulo primero, y el lector no acostumbrado debe quedarse con la mirada y la boca desorbitadas. Da la impresión de que ha concebido la obra con el único fin de quedarse con aquellos que le criticaron. Por un lado, sí, en efecto, es una obra de ciencia ficción, o, al menos, se ambienta en el siglo XXX. Sin embargo, es más bien una fantasía metafísica. Ya hablamos antes que esa sociedad es regida por un dictador o, al menos, así lo define Caudet(t) en el prólogo. Empero, se presenta a un megalómano que desea derrocar el sistema imperante para erigirse a su vez en el legislador de todos. Para ello tiene un fin anonadante: traer del limbo, como si dijéramos, a Al Capone y su asociado Johnny Torrio, introducirlos en sendos androides y aprovecharse de su experiencia para imponer su ley.

La idea es bastante divertida, si bien estrambótica. Sin embargo, el autor lo desarrolla por medio de una narrativa rebuscada, alambicada, de neojerga de sonoridad tan pomposa como vacía. Además, busca concebir un lenguaje ampuloso y sobrecargado, que me ha recordado a los relatos de fantasía de Clark Ashton Smith, pero en malo. El estilo es terrible, y no sería tan criticable si no fuera por las pretensiones elegíacas de las que hace objeto el autor. Además, el 90 por ciento de la novela se solventa por medio de largos diálogos plagados de retórica que lo único que buscan es estirar la mínima anécdota; se añade una paliza y una pelea, y un breve clímax final. Todo ello acompañado de extensas notas a pie de página, donde, por ejemplo, se explica con cierta amplitud qué fue la Primera y la Segunda Guerras Mundiales. Es una lástima que un autor con cierto nivel se abandonara a tamaño ejercicio de autocomplacencia y revanchismo.

Carlos Díaz Maroto

CALIFICACIÓN: *

• bodrio * mediocre ** interesante *** buena **** muy buena ***** obra maestra

Deja un comentario